El Metro de Santiago anunció un proyecto inédito para conectar su red con el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, a través de la futura Línea A, que se conectará con la estación Huelén de la Línea 7. Se trata de una iniciativa de 6,5 kilómetros, cuya operación estará a cargo de Metro, pero que será financiada y construida por un inversionista privado, bajo un modelo que no califica legalmente como concesión.
El costo estimado de la obra es de US$ 365 millones, con una tarifa especial de $3.000 por viaje. Se espera que la conexión reduzca significativamente los tiempos de traslado hacia el aeropuerto: por ejemplo, desde la estación Baquedano el viaje pasaría de 84 a 31 minutos. Los trenes tendrán conducción automática, accesibilidad universal y el mismo estándar tecnológico de las líneas 3 y 6. La operación comenzaría en 2032, con una demanda proyectada de 9,5 millones de pasajeros anuales hacia el quinto año.
Metro asumirá los estudios previos, permisos y tramitación ambiental, y luego licitará a un inversionista ejecutor, que se encargará de la ingeniería de detalle, construcción y mantención del proyecto. Este recibirá pagos fijos anuales financiados con los ingresos tarifarios. Si la demanda no alcanza lo proyectado, se aplicará un mecanismo de compensación para Metro.
La estación ubicada dentro del aeropuerto será una excepción: se espera que la construya y administre el concesionario Nuevo Pudahuel, que podría incluir espacios comerciales en su diseño. Aunque se asemeja a un modelo de concesión, Metro no puede concesionar obras por ley, por lo que esta fórmula se encuadra fuera del marco tradicional de concesiones de obras públicas.